Aniversario luctuoso del General León Degrelle

Léon Joseph Marie Ignace Degrelle nació en Bouillon, Bélgica el 15 de junio de 1906 y murió en Málaga, España el 31 de marzo de 1994. Fue un político belga y oficial de las Waffen-SS. Tras fundar en los años 30 el movimiento político Christus Rex (Rexismo), de inspiración católica y conservadora, con el inicio de la guerra fue aproximándose al nacionalsocialismo.

Combatió junto a las fuerzas del Eje en la Segunda Guerra Mundial. Encontrándose en Noruega cuando terminó la guerra, logró escapar a España, donde el régimen de Francisco Franco lo protegería durante décadas. La oportuna concesión de la nacionalidad española lo libró de ser extraditado tras la caída del franquismo, y dedicó sus últimos años a escribir libros.

Léon Degrelle nace el 15 de junio de 1906 en el seno de una familia numerosa en la pequeña ciudad belga de Bouillon, cerca de la frontera francesa, en la calle de Collége no 29. Contaba por aquel entonces esta pequeña y tranquila ciudad apenas tres mil almas aunque no era un pueblo sino el centro de una próspera comarca. De clase media burguesa bien acomodada, el padre, Edouard Degrelle, era de origen francés y había sido diputado permanente por esa region por el partido católico por lo cual desde la más tierna infancia la lucha política fue una constante en su educación. Por parte materna el abuelo había sido igualmente un destacado político y médico de La Roche así como un mecenas de la cultura y de la literatura siendo incluso miembro fundador del diario «Lavenir du Luxembourg» que cubría esa región, el mismo diario en donde el joven Degrelle publicará su primer aporte literario el dos de noviembre de 1925, cuando tenía tan solo dieciocho años recién cumplidos.

Como muchos otros de los jóvenes belgas, estudiaría en los jesuitas y en la Universidad Católica de Lovaina entrando en contacto con lo mejor de la intelectualidad católica de la época y siendo influenciado ideológicamente por el gran pensador francés Charles Maurras. Desde muy pronto las jerarquías religiosas se fijan en él, se hace íntimo del Monseñor Picard, encargado de las todopoderosas Juventudes de Acción Católica. Degrelle se hará cargo de las ediciones católicas REX, que estaban en plena bancarrota moral, no económica pues las seguían sosteniendo la Iglesia mediante subsidios pero nadie las leía. En unos meses Degrelle había hecho del negocio un asunto próspero, sacaba tiradas de 100.000 ejemplares en cada ocasión y supo rodearse de una serie de colaboradores magníficos como José Streel, Victor Matthys, Jean Denis, Paul Crockaert, Pierre Daye, etc, al tiempo que lograba que los más destacados intelectuales de derechas del país escribieran para su editorial.

A comienzos de los años ’30 se afilió a Acción Católica y comenzó a trabajar para una pequeña editorial católica llamada Christus Rex , que publicaba un periódico homónimo. Viajó a México como corresponsal para cubrir la Guerra Cristera que se libraba entre los Cristeros y el gobierno mexicano, que de acuerdo a la Constitución había impuesto restricciones a la religion catolica. El grito de guerra de los cristeros, ¡Viva Cristo Rey !, impresionó profundamente a Degrelle, quien a su regreso en 1934 fundaría Les Editions de Rex y empezaría a movilizarse en el Partido Católico belga para promover un curso de acción más militante.

Rápidamente descubrió Degrelle la importancia de la prensa y de la palabra, escrita y oral, en un mundo cada vez más ávido de información. Sacó, durante esos años, varios semanarios a la calle: «REX» de información política y de sociedad, «Vlan» de información general, «Soirées» que pretendía ser un semanario dedicado al mundo del cine, de la moda, con gran despliegue fotográfico. El éxito fue arrollador levantando en pocos meses una editorial que hasta ese momento languidecía cercana a la quiebra y tan sólo sobrevivía gracias a las subvenciones eclesiásticas. Su fama de propagandista católico hizo que las jerarquías del Partido católico considerasen que el joven Degrelle podría tener futuro en el seno del partido. De hecho, en un primer momento, el propio Degrelle creyó que se podría reformar el partido desde dentro y dar a la juventud belga una referencia en éste. En las elecciones de 1932 las ediciones REX y Degrelle jugaron un importante papel en la propaganda del Partido Católico, con el resultado de un elevado incremento de los votantes. Sin embargo pronto comenzaron las primeras desavenencias.

Alrededor de Degrelle se agrupaban centenares de jóvenes estudiantes «rexistas», llamados así por distribuir la prensa de Rex, que comenzaban a pedir reformar dentro de las juventudes del partido Católico, un mayor compromiso social, en definitiva una ruptura con la línea tradicional del partido pero sin salirse del mismo. Degrelle se resiste, aun cree que se puede reformar desde dentro y por ello va al congreso del partido Católico de Courtrai en noviembre de 1935. Degrelle se presenta con tres centenares de camaradas e intenta participar para denunciar la situación del partido, en especial el desprestigio que supone tener a su frente a un político corrupto (el ministro Segers). No se le permite intervenir, y Degrelle toma una medida drástica tomando la palabra aun en contra de los dirigentes del partido, su verbo inflama a los jóvenes presentes mientras Degrelle lanza serias acusaciones contra la dirección del partido. Es el punto de no retorno, finalmente ha comprendido que la colaboración con la derecha burguesa es inútil.
Tres semanas más tarde, como consecuencia de lo que se vendrá a llamar el «Golpe de Courtrai», el primado de Bélgica, Cardenal Van Roey decreta que los sacerdotes no participen en las actividades de REX, llegando incluso a pedir que se trabaje activamente para detener la ascensión de REX. Los superiores de los establecimientos de enseñanza de muchachos y muchachas emplearán todos los medios necesarios para que sus alumnos queden ajenos a la agitación rexista, decía la declaración episcopal hecha pública el 20 de noviembre de 1935. Ello excita más aún a Degrelle, que siempre ha amado los retos y pruebas difíciles, especialmente cuando iban dirigidos a su persona. Inmediatamente Degrelle organiza a su gente; Victor Matthys los CAP (Cuadros de Propaganda), Jean Denis y José Streel elaboran los programas y fundamentos doctrinales. Toda la maquinaria está en marcha y unos jóvenes de apenas veintitantos años se lanzan a la formidable aventura de hacer flotar un partido político contracorriente. Todo un reto. Apercibidos de la imposibilidad de seguir en el partido Católico, el 21 de febrero de 1936 rompe definitivamente el partido católico con Degrelle y prohíbe la militancia conjunta en ambas organizaciones, hasta entonces muchos eran los dirigentes juveniles de éste que colaboraba con Rex en contra de los deseos de la Iglesia. La mayoría seguirán a Degrelle en la aventura que acababa de comenzar. El 23 de ese mismo mes, Degrelle había organizado un gran mitin público en Namur, asiste a él cerca de cinco mil jóvenes, y aquí presenta públicamente el programa que habrá de regenerar la vida pública de su país. La excitación es palpable, se siente que algo nuevo está gestándose.

Las elecciones generales se convocan para el 24 de mayo y Rex decide concurrir como un partido pero tiene graves problemas financieros y está falto de cuadros y militantes. Degrelle se lanza a captar candidatos, a organizar los grupos de militantes en cada pueblo y en cuestión de semanas todo está listo y Rex se lanza de lleno a la campaña electoral. Nadie cree que Rex pueda tener éxito, pero el entusiasmo de los rexistas, la mayoría sin derecho a voto por ser bien menores de edad (en aquella época 23 años) o mujeres (sin derecho de voto en Bélgica por entonces), hace que las perspectivas más optimistas se vean desbordadas por los resultados. Y es que no hay una valla en toda Bélgica que no tenga propaganda rexista. Los mítines se suceden, Degrelle llegará a dar hasta doce mítines en una jornada. La prensa rexista, en especial el nuevo diario, Le Pays Réel, un diario de cuatro páginas vendido a veinticinco céntimos, anuncia los mítines cada día como una agenda apretada de pueblo en pueblo. Es aquí donde se demostrará las extraordinarias dotes de Degrelle como orador y tribuno, logra mantener en vilo a un auditorio durante horas llevando así a cada rincón de su amada Bélgica el mensaje de paz y de revolución social de Rex.

No sería hasta más cerca de la guerra mundial (años 1937-1938) cuando Rex se acercaría claramente a posiciones fascistas, y no hasta 1941-42 en que evolucionarían hasta el Nacionalsocialismo. Sin embargo la posterior evolución ideológica de Rex no debe interpretarse como una claudicación de principios iniciales. Todo lo contrario, se trata de un avance en posiciones sociales y de visión del mundo fruto de un mayor conocimiento de la realidad del continente al cual pertenecemos incorporando la doctrina social-europeísta. En palabras del propio Degrelle, en un artículo publicado durante el conflicto desde el frente del Esteen una publicación europeísta, La Jeune Europe, «estabamos particularmente asqueados por la bajeza espiritual de nuestro tiempo. Preocupados por el deseo de volver a traer una gran pureza y un gran fervor a las masas ávidas de un ideal. No nos asustaba decir, al principio de Rex, que eramos la pasión ardiente de los Apóstoles.

1 Comentario

  • John Posted 01/04/2020 5:42 PM

    Unos de los grandes del Nacional Socialismo europeo, supe por medios de Pedro Varela que entró siendo cabo y terminó como general. Eso demuestra la capacidad intelectual y lo que su vida establece un adalid de formación espiritual. Sus memorias permanecerán con nosotros hasta la eternidad. H.H!! ❤❤

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