Descripción
ESTE conjunto de Opúsculos del gran Obispo de Michoacán don Clemente de Jesús Munguía presentan un aspecto de la despiadada persecución desatada por la Masonería a mediados del siglo pasado contra la Iglesia Católica, con el objeto de convertirla en iglesia mexicana, una de tantas iglesias protestantes, separada de Roma y sujeta al Estado. El Obispo de Michoacán demuestra que no se pretendía la separación de la Iglesia y el Estado -ya de suyo monstruosa en una nación absolutamente católica excepto sus gobernantes de facto, sino la destrucción de la Iglesia Católica Apostólica Romana como tal. Demuestra que la facción liberal que usurpó el Poder no respetaba ni siquiera el fuero interno de la Confesión. Demuestra de paso que eran calumniosas todas las imputaciones de la facción Liberal contra la Iglesia Católica, empezando por la de que ésta exprimía a los pobres. Demuestra, quizá sin quererlo, que lo que le hizo falta a la Jerarquía Católica, en ejercicio del derecho de legítima defensa, fue emplear todo su poder y toda su influencia -antes de que fuera tarde en fortalecer a los conservadores, que se empeñaron en una lucha heroica pero en la que tenían que sucumbir precisamente por no contar con el decidido apoyo de la Jerarquía en el terreno de los hechos, o sea, que a nuestros obispos les sobró mansedumbre, aunque siempre defendieron denodadamente la Verdad sin miedo a la persecución ni a la muerte. Parece que la Masonería ha conseguido hasta ahora su objeto: una parte importante del clero mexicano deriva cada día más hacia el cisma, aunque no lo ha declarado para engañar más fácilmente a las masas. Resplandece en estos opúsculos la doctrina más pura, de la altura de los padres de la Iglesia.