Descripción
La barbarie no constituye un enfrentamiento al concepto
de «civilización», pero sí su cuestionamiento. Conforma
un gesto crítico, una respuesta frente a formas de vida
que declinan hoy en día cada vez más. Se trata siempre de
una propuesta alternativa en un tiempo que tiende a la
homologación como única manera posible de convivencia
y que, por eso mismo, niega toda posibilidad alternativa.
Puede suponerse a la barbarie como un intento
-cada vez más intransigente- de vivir de acuerdo a los
sentidos, a los cinco sentidos de la existencia. Es un rescate
del margen, de la falla y de la brecha: una apología
del intersticio. Un intento de sentar una diferencia en un
mundo que ha caducado. Una voz que se levanta en el
desierto es un arabesco instalado en el vacío. Supone una
acción: el gesto que señala, acusa y no discrimina: evidencia
toda forma de discriminación. El gesto crítico de Ontiveros
manifiesta el cerco al que está expuesto el individuo
en favor de una ma~a sospechosamente homologada.
Sus ensayos sobre Jünger, Mishima y Pound son
esenciales en este aspecto: exaltan variables culturales en
su momento de plena lucidez. De ahí su radicalidad.