Descripción
El objeto de la presente obra es tratar en forma concisa los problemas esenciales del francmasonismo. No tiene la pretensión de agotar el tema sino más bien suministrar la documentación fundamental, sobre la base del material auténtico proveniente de los archivos del Servicio de Seguridad del Reichsführer SS y de la Policía Secreta del Estado (Geheime Staatspolizei), poniendo en evidencia ante la opinión pública el peligro de la Francmasonería y su accionar en el transcurso de los últimos siglos.
Quedara como tarea de ulteriores trabajos exponer de modo exhaustivo el antagonismo insoslayable entre la ideología francmasónica y el Nacionalsocialismo.
HEYDRICH
SS Gruppenführer
PREFACIO
El objeto de la presente obra es tratar en forma concisa los problemas esenciales del francmasonismo. No tiene la pretensión de agotar el tema sino más bien suministrar la documentación fundamental, sobre la base del material auténtico proveniente de los archivos del Servicio de Seguridad del Reichsführer SS y de la Policía Secreta del Estado (Geheime Staatspolizei)1, poniendo en evidencia ante la opinión pública el peligro de la Francmasonería y su accionar en el transcurso de los últimos siglos.
Quedara como tarea de ulteriores trabajos exponer de modo exhaustivo el antagonismo insoslayable entre la ideología francmasónica y el Nacionalsocialismo.
HEYDRICH
SS Gruppenführer
Los fundamentos judeo-orientales
La Francmasonería constituye una forma diametralmente opuesta al Nacionalsocialismo, cuya importancia para la evolución histórica de los dos últimos siglos debe ser evaluada al mismo nivel que la actuación de las demás organizaciones supra estatales: la iglesia política, el judaísmo y el marxismo. Constituye la vanguardia liberal burguesa del judaísmo mundial.
Ella destruye los principios rectores de las Comunidades y sus bases nacionales raciales, posibilita al judío la “igualdad” de derechos sociales y políticos3 y prepara la vía a la subversión judía al sostener las sofísticas tesis de libertad, igualdad y fraternidad, de “solidaridad» entre los pueblos, de la Liga de las Naciones y del pacifismo así como por su recusación de cualesquiera diferenciación étnica.
Por medio de sus ramificaciones internacionales, la Francmasonería interviene en la política exterior de las naciones llevando a cabo, al margen de los jefes de Estado nominales, una Política mundial secreta.
Para ello, la Francmasonería tiene buen cuidado de que las posiciones claves en la vida pública, económica y cultura de un pueblo sean cubiertas por “hermanos” masones que llevarán al terreno de los hechos los pensamientos del francmasonismo.
El Estado Nacionalsocialista ha desbaratado la organización de la Francmasonería en Alemania. Empero, la mentalidad francmasónica pervive en los antiguos miembros de las logias. Al mismo tiempo, existe el peligro de una nueva infiltración de las ideas francmasónicas desde las logias de los países extranjeros.
En consecuencia, el estudio de esta tenebrosa organización y el esclarecimiento profundo de nuestro pueblo al respecto significa, no sólo una problemática histórica interesante, sino un deber premioso de vigilancia en la lucha contra nuestros enemigos.
No solamente por su organización la Francmasonería está íntimamente ligada al judaísmo. También el simbolismo francmasón señala por sus usos, términos y signos hebraicos, al judaísmo como su raíz verdadera4. El mundo conceptual y francmasónico es un fiel reflejo de ideas y concepciones judaicas y pro-asiáticas.
El punto central de la filosofía del Antiguo Testamento está determinado por el concepto de Yahvé como “dios” judaico. En un primer momento imperó entre los judíos la creencia en un gran número de divinidades regionales, entre las cuales Yahvé, como dios del desierto, carecía aún de toda importancia, hasta que se buscó en el desierto un “pueblo” (las tribus nómadas de Israel), mediante cuya ayuda podía proceder a destronar los demás dioses y con ello posibilitar la conquista y dominación mundial. En el judaísmo posterior, Yahvé fue considerado en primer termino como el dios más elevado, luego como dios único, pero manteniendo con toda fidelidad los primitivos rasgos de su carácter. El nombre de Yahvé significa para el judío el programa de la esclavización del mundo (Véase Isaías, Cap. 60. etc.).
Junto con la evolución del concepto de Yahvé se realizó la centralización del culto judaico: los primitivos y numerosos lugares de sacrificios en Canaán fueron reemplazados por uno solo (primeramente Silo, más tarde Jerusalén). La carpa del “pacto” y el posterior Templo de Salomón tenían validez en tanto
“Casa de Yahvé”. Al igual que el propio Yahvé, también el Templo negó a constituir un símbolo de los planes judaicos de dominación del mundo (Véase Ezequiel, Cap. 40 48 y además en el Nuevo Testamento, Apocalipsis, Cap. 21).
En la época que siguió al exilio babilónico, el judaísmo “profético” fue completado mediante “la “Doctrina de la ley” sacerdotal (Thora) y los “libros de la sabiduría” (Jokma). A través de la imitación de la cultura no judía se desarrolló un orden social primitivo e incipiente. Simultáneamente Yahvé adquirió como “Arquitecto de los mundos” carácter cósmico. Con ello, se inició una postura internacionalista (desarrollo de la doctrina del Mesías)
A los pensamientos del Antiguo Testamento se amalgamó en el transcurso del tiempo el estado anímico sobre el que se basan los “misterios” sirio fenicios. Los misterios presuponen el sentimiento de pecaminosidad de un ser humano interiormente desgarrado: es a este ser a quien se proponían transmitir a través de palabras, signos y actos “místicos”, es decir, misteriosos, una “gracia divina” asegurándole así la “salvación” y la “bienaventuranza eterna”
Estas tesis desarrolladas en un estilo fantasioso encontraron su expresión en los escritos judaicos “apócrifos” y en el Nuevo Testamento, así como en época posterior entre los “gnósticos”.
La totalidad de este conjunto de conceptos ha sido revivida en el simbolismo y la doctrina de la Francmasonería. La leyenda de Hiram, el símbolo del Templo y de sus utensilios de culto, las pruebas del valor unidas a la admisión en la logia, el simbólico ritual mortuorio, las contraseñas secretas, etc., revisten de formas sensoriales intuitivas lo que la doctrina pone en evidencia. (La formación del ser humano desde la piedra basta hasta el cubo, la obra en un “templo de la humanidad”, el “mesiánico” imperio de la paz por “confraternidad mundial” y el rechazo de todas las barreras naturales raciales y políticas dentro de la “hermandad universal”, etc.). A este respecto, los símbolos y las doctrinas no han sido desarrolladas en un conjunto unitario a partir de determinadas formas primigenias, sino que se nos presentan como una mezcla multicolor de componentes de la más dispar naturaleza (sincretismo), lo que toma hasta dificultosa la comprobación de la respectiva fuente de origen.
A todos los países del Poniente, el mundo de las ideas pro asiáticas le fue trasmitido por de pronto mediante la Iglesia, institución que conservó fielmente como “divina” la herencia judaica. A partir del siglo VII fueron influencias arábigas del Islam, en el siglo XI por las Cruzadas y desde el siglo XII, han sido filósofos judíos (Ibn Gebirol, Maimonides, Cábala) los que originaron una profunda acentuación del mundo. de las ideas típicamente judaicas. De este modo, paulatinamente el pensamiento judío volvió a introducirse en el horizonte de Occidente, de donde había sido desplazado por la escolástica alemana.
En las academias y agremiaciones del Renacimiento llegaron a adquirir especial prestigio las ideas judías por intermedio de los “cabalistas cristianos”. (Pico de la Mirándola) .
Existía, entonces, predilección por el estudio de los escritos hebraicos, pudiendo haber desempeñado en tal sentido un rol notable el excéntrico afán de “misterios” y de extravagancias. Por obras de Johannes Reuchlin y otros, tales tendencias fueron transmitidas hacia Alemania. Se formaron sociedades secretas que mediante la introducción de la alquimia, las matemáticas, la astronomía y la astrología así como de la magia, trataron de transformar las fantásticas elucubraciones judaicas, con un agregado teológico, en un sistema.
Notas:
3 La historia contemporánea demuestra de modo irrefutable que la emancipación de los judíos no es sino el instrumento de éstos para el avasallamiento de los pueblos (N. del T.)
4 Esto ha sido probado reiteradamente y reconocido por los propios judíos En la revista inglesa El Israelita, de fecha 3 de agosto de 1866, por ejemplo, el judío Isaac Wise escribió al respecto: “La Masonería es una institución judía, cuya historia y cuyos deberes, contraseñas y explicaciones son judíos desde el principio hasta el fin”. También el filósofo hebreo y defensor del capitán Dreyfuss, Bernard Lazare dice en su conocida obra El Antisemitismo “Es evidente que no hubo más que judíos en la cuna de la masonería (N. del T.)
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