Descripción
La joven Traudl Junge, que con 22 años viaja a Berlín con el sueño de ser bailarina, se convierte por azar en la secretaria persona de Adolf Hitler en diciembre de 1942, acompañando al Führer prácticamente todos los días hasta su suicidio en el Búnker el 30 de abril de 1945. Presente en todos los hechos importantes sucedidos en estos dos años y medio, llega hasta recibir el dictado del testamento de Hitler junto a él. «Hubo muy pocos días en que no vi a Hitler, hablé con él, trabajé con él o compartí las comidas con él», recuerda Junge.
Escritas entre 1947 y 1948 sus memorias ven la luz recién en el año 2002. El periodo en que fueron escritas explica que en ellas se deje ver cierta fascinación por la figura de Hitler, del que desconocía totalmente sus actividades criminales. En su presencia, apenas si la palabra judío era rara vez pronunciada. A Junge sólo le interesa poder fijar, para que no cayeran en el olvido, sus recuerdos sobre los episodios más importantes de su vida en aquella época, por lo que el libro está lleno de trivialidades y pequeñas anécdotas junto a Hitler sin intentar criticar ni analizar profundamente los hechos históricos mayores.
Pasados los años llega hasta a avergonzarse de su actitud, por lo que decide no publicar sus memorias. Pero hoy cree necesario explicar cómo, con 22 años, Junge estaba fascinada por Adolf Hitler, que para ella siempre fue un jefe agradable y un amigo, que adopta la figura paterna tras la separación de sus padres, y cómo disfruta del tiempo que pasó con él casi hasta el amargo final.
El libro sirve, entonces, para acercarse a la vida cotidiana de Hitler, con extensas descripciones de sus hábitos de trabajo y de ocio, logrando además un cautivante relato de los últimos días en el Búnker de Berlín.
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